Bosques marinos: guarderías de la biodiversidad.



Del 9 al 10 de octubre, tuvimos la oportunidad de asistir en Málaga a las II Jornadas Técnicas sobre Praderas marinas organizadas por la UICN en las que más de 100 participantes, entre científicos, gestores y representantes municipales, debatieron sobre el estado de conservación, puesta en valor y gestión de las praderas marinas en el litoral español y en el Mediterráneo. Esta acción se encontraba dentro de las actividades del proyecto europeo LIFE+POSIDONIA Andalucía.

Lo comentaba en el pasado programa de Málaga al Día, de Onda Azul RTV Málaga, el nivel demostrado por los ponentes me ha parecido excelente, incluso intervenciones de simples asistentes han tenido gran calidad. A tantos que lo ven todo negativo les hubiera venido bien un paseo por las instalaciones del Edificio de Estudios Portuarios para conocer de primera mano la categoría de muchos de nuestros investigadores, que han sobrevivido además a todo tipo de recortes y obstáculos en estos últimos años. El problema, quizás, es que algunos tenían que resumir auténticas tesis doctorales en 20 minutos.

Tengo que decir que yo he estado durante las jornadas tomando notas y me he quedado con frases que me han encantado:

La primera “Las praderas marinas son las guarderías de la biodiversidad”. No se podría definir mejor pues muchas especies de las que depende nuestra pesca ponen sus huevos como por ejemplo la jibia. Viven en ellas gran número de especies de peces, pulpos, equinodermos, moluscos… Recordemos que las praderas de las que hablamos, como las de Posidonia oceánica, Cymodocea nodosa o Zostera nolti, no son algas sino plantas. Las algas tienen una constitución muy sencilla y primitiva, mientras que las plantas marinas son organismos mucho más complejos y evolucionados, con raíz, tallo, etc.

Otra intervención daba en el clavo: “Deberíamos llamarlas, no praderas sino bosques”, pues cumplen la misma función que tiene un bosque, es un hábitat ecológicamente estructurado, sin el que no podría darse la cadena alimenticia, sin el que no podrían vivir gran cantidad de especies y que además nos proporciona multitud de beneficios:  suministra O2, secuestra CO2, evita la erosión, la acidificación. Otro ponente ponía las cosas en su lugar: “No hay praderas porque las playas sean buenas. Las playas  son buenas porque hay praderas”. Son por lo tanto indicadores de calidad de nuestras aguas y nos dan una playa limpia con agua cristalina.

Durante las jornadas se han dado a conocer diversos avances de estudios que profundizan sobre el conocimiento de los bosques marinos. Los más importantes:

-Núria Marbà del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (IMEDEA, CSIC-UIB) presentó unos resultados que indican que durante los últimos 60 años se ha producido una pérdida neta de los ecosistemas de Posidonia oceanica en la cuenca Mediterránea entre un 13% y un 38% debido a impactos humanos locales ocurridos en la cuenca.

-Eso sí, se ha apreciado un cambio de tendencia. Hasta principios de este siglo la destrucción se aceleraba, mientras que ahora se está ralentizando.

- Miguel Ángel Mateo del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CSIC) demostró que los ecosistemas de Posidonia oceánica contienen paleo-registros que nos permiten reconstruir las condiciones ambientales y climáticas que se daban hace miles de años.

-Se presentaron los estudios sobre el valor pesquero de los sebadales en Canarias, los cuales indican que son lugar de puesta y cría de 433 especies, 18 de interés pesquero, estimando el precio como recurso pesquero en 360.000 euros al año.

-También se señaló que el cambio climático afectará a las praderas de fanerógamas marinas, no sólo debido a los cambios en la temperatura o el nivel del mar, sino también al aumento del número e intensidad de las tormentas, lo que provocará un incremento de los procesos de erosión y sedimentación.

-Se trató el tema de los arribazones. Se necesitan guías de buenas prácticas a nivel europeo, se concluyó, para orientar a los municipios hacia una buena gestión de los arribazones, evitando la erosión que provoca la extracción y aportando otros usos para esta hojarasca como el uso de materia prima para composta, textiles etc.

-Cómo no, se puso en valor la experiencia en voluntariado que se lleva realizando dentro del proyecto LIFE y sin los que hubiera sido imposible la labor de seguimiento de estos ecosistemas.

-Se vieron temas de Evaluación de impactos saliendo el ya clásico debate sobre las prospecciones de hidrocarburos previstas cerca del LIC de Calahonda (Mijas).

-Finalmente, durante las jornadas se realizó una presentación sobre el avance del futuro Atlas de Español de praderas marinas que se publicará a finales de año y que permitirá tener por primera vez una radiografía completa del estado conservación de los bosques marinos.

Y me dejo mucho más en el tintero, seguro. Como conclusión me quedaría con que, después de conocer los datos negativos de las últimas décadas y por supuesto los referentes a su incalculable valor, aún estamos a tiempo de conservar este gran tesoro. ¿Cómo? Actuando claramente contra los impactos que las amenazan:  la pesca ilegal de arrastre, los dragados ilegales,  los vertidos de aguas residuales de poblaciones costeras, los desechos provenientes de la acuicultura, la excesiva presión urbanística sobre el litoral, las algas invasoras, el fondeo inadecuado…

Tenemos identificadas sus amenazas, sabemos el enorme valor que nos aportan (incluso se ha monetizado, ojo), conocemos la catástrofe que sería perderlas, las tendremos dentro de muy poco localizadas en un Atlas. Ya no tenemos excusas, lo tenemos todo para conservarlas.


PD: El que quiera saber más de praderas aquí tiene esta web www.lifeposidoniandalucia.es

Fotografía perteneciente al Programa de Gestión Sostenible del Medio Marino. Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía.

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