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Lo que aprendimos de la crisis

En estos días en los que partidarios y detractores de los partidos se enzarzan en las redes cargados de prejuicios y descalificaciones y con muy pocas ideas, leer a los expertos me parece lo más esclarecedor y saludable. Recomiendo esta entrevista. En ella, tres economistas de prestigio de distintas tendencias ideológicas coinciden en cosas que un servidor, con conocimientos muchísimo más básicos en la materia, lleva mucho tiempo diciendo en este muro. “La gran lección que deja la fase expansiva de la economía que culminó en 2007 es que el exceso de concentración de la actividad en un solo sector no es bueno. (…) Y que sí, además, el sector donde se materializa esa deuda es bajo en tecnología es mayor la vulnerabilidad ante vaivenes exteriores. (…) Porque la recuperación se está basando, como alertaba el otro día el Banco Popular en salarios bajos y eso es pan para hoy y hambre para mañana.” Emilio Ontiveros. “No se ha incentivado lo necesario en la innovación, sino que se han i

Nejbet

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En el antiguo Egipto, los buitres eran animales sagrados. Existía el culto a Nejbet, la diosa buitre con alas. Su función era dar protección en los nacimientos, sobre todo en los de los dioses y reyes. Aquellos hombres y mujeres de hace miles de años no tenían los conocimientos en zoología que hoy tenemos, pero demostraron conocer la importancia de este bello animal en nuestros ecosistemas. Para que lo nuevo nazca con fuerza, primero hay que limpiarse de lo viejo, debieron pe nsar. Y tenían razón. Efectivamente, nuestros amigos limpian los espacios naturales de cadáveres, sobre todo de ungulados, y así nos evitan multitud de enfermedades infecciosas. En el Paraje Natural del Desfiladero de los Gaitanes vimos a los buitres leonados (Gyps fulvus), con su elegante planeo sobrevolando las altas cumbres de los macizos rocosos. Son unos maestros del aire. Su dominio del vuelo, sus giros lentos, su cadencia buscando siempre el gasto mínimo de energía, sus casi 3 metros de envergadura alar

Sobre la cumbre de París y el cambio climático

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Ni las izquierdas y derechas con el cargante runruneo de los candidatos, ni la amenaza terrible del terrorismo y sus fanáticos, ni mucho menos la fugacidad de engañosos descuentos con nombre y origen norteamericano. Con los datos sobre la mesa, lo que más debiera importarnos ahora mismo es el cambio climático. Datos que hablan de catástrofes que todos conocemos y que solo se minimizarán (evitarlas fue posible, pero ya es tarde), según muchos expertos, con un cambio de modelo. En lo económico, en lo tecnológico, en lo social. (Recomiendo el artículo publicado hoy en El País “Hacia el final de una economía basada en las energías fósiles” del biólogo Luis Morales Carballo.) Muchas voces se alzarán desde las redes contra los Jefes de Estado y de Gobierno que están reunidos estos días en París si no llegan a un acuerdo satisfactorio (ya incluso se les está criticando), y con razón . Pero, ¿estamos dispuestos como sociedad a aceptar ese cambio de modelo del que hablan los expertos? ¿eso q

Ciudades de bambú

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Si hace unos meses veíamos el proyecto del arquitecto belga Vincent Callebaut que consistía en convertir París en una ciudad verde para 2050, es ahora una firma china, Penda, la que nos aporta una solución arquitectónica sorprendente e innovadora: ciudades de bambú.  Estas constarían de edificios sostenibles y podrían albergar hasta 20 mil personas. Sus creadores que ya realizaron un espectacular pabellón de Bambú para la feria de diseño de Beijing, afirman que esto podría se r realidad en 2023. Uno de los integrantes del equipo ha comentado en una entrevista: “El estado actual de irresponsabilidad en la planificación de las ciudades, hace que nuestra profesión deba replantearse los procesos constructivos. El uso de materiales naturales como el bambú, vinculado a un sistema modular inteligente, serviría para estructurar de manera inteligente y tener la libertad de crecer en cualquier dirección.” Dichos materiales se podrían reintegrar en la naturaleza al terminar su vida útil.  Las a

Sobre el informe de la OMS

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Un informe de la OMS en manos de algunos medios y de las redes sociales tiene más peligro que Valentino Rossi en la última prueba del mundial de motos. Titulares como “dice la OMS que comer carne procesada produce cáncer” o “la carne, tan peligrosa como el tabaco según la OMS” son FALSOS. O mejor dicho, están tan simplificados o manipulados que el parecido con la realidad es pura coincidencia. La nota de prensa de ayer no ha dicho nada que no se intuyera desde hace años y no tiene por qué hacer variar en absoluto la alimentación de quien ya lleve unos hábitos de vida saludables. Lo nuevo es que ahora tenemos las evidencias, de enorme utilidad, que siempre nos aporta el método científico.  ¿Qué es lo que ha dicho la OMS sobre la carne? la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) lo que indica, adelantando datos de un estudio que verá la luz proximamente, es que (copio tal cual de la nota) "cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aume

Isla de Tenerife III. La Laguna.

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Aquellos que defienden que el progreso sólo puede ser hijo de la piqueta, de un urbanismo desenfrenado o de un turismo masivo; quienes ven el pasado como un testigo incómodo deberían visitar San Cristobal de la Laguna en Tenerife.  Dice la UNESCO, que le dió el sello de Patrimonio de la Humanidad, que se trata de un “ejemplo único de ciudad colonial no amurallada”. Sus calles conservan el trazado del siglo XV practicamente intacto (y eso sí que es único). En ellas  puede uno perderse sin sobresaltos, con un turismo amable, que no agrede, con un urbanismo que ha respetado, restaurado y mimado uno por uno edificios que son auténticas joyas, con sus muros de piedra, sus balcones y cierros de madera, igual que hace siglos. Y no por ello es una ciudad sin vida ni se ha quedado atrás en el avance de los tiempos, como lo demuestran sus comercios, sus bares de tapas, sus pubs y sobre todo sus gentes, en su mayoría tan alegres y atentas como las de cualquier otro sitio. Bueno, cierto encanto

Isla de Tenerife II. Aloe arborescens.

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“Con gran asombro descubrió que el césped tenía 7 metros de altura y cuando cruzó un trigal vio espigas de 9 metros. 'Debo estar en un país de gigantes', pensó.” Los viajes de Gulliver Así, como el personaje de la inmortal obra de Swift, puede sentirse uno cuando descubre este imponente ejemplar de Aloe en el fantástico Jardín Botánico de La Orotava, en la isla de Tenerife. Diminuto, minúsculo, pero a la vez fascinado ante una planta a la que acostumbramos  a ver raramente por encima de nuestras rodillas. Aloe, del que normalmente se conoce a la especie Vera por sus propiedades curativas, es un género de plantas suculentas, lo que quiere decir que están adaptadas a acumular agua para hacer frente a la sequía. Ningún aloe es autóctono, ninguno pertenece a la flora de nuestra región mediterránea, aunque se hayan hecho tan familiares. Todos provienen de Oriente próximo, Madagascar y sobre todo de África, de sus tierras secas, áridas, agrestes, como este gigante que