Lo inteligente es verde

Normalmente, y yo mismo entono el mea culpa, se suele hablar en las redes de la televisión para resaltar la falta de calidad en sus contenidos. Existen, sin embargo, si uno sabe buscar, programas excelentes.
Un ejemplo es “Construcciones ecológicas”, que se emite de lunes a jueves a las 21:00 en La 2 de TVE.
Uno de los capítulos más interesantes ha sido a mi juicio el dedicado a wilhelmsburg, en Hamburgo (Alemania): un antiguo barrio degradado que ha pasado a ser el laboratorio de los hogares del futuro.
Hace unos años, 70 equipos internacionales respondieron a una convocatoria pública sobre construcciones ecológicas del siglo XXI y construyeron 17 edificios que albergan 180 viviendas con unas 500 personas. La alcaldía de la ciudad puso 1.200 millones de euros.
Auténticas maravillas que responden a retos como el de la subida del nivel del mar provocada por el cambio climático con el consiguiente riesgo de inundaciones: las Water houses o casas sobre el agua. El de la contaminación, con una potente red de transporte público.
O el de la eficiencia energética con inmuebles pasivos (de consumo menor a15 KW/h por m2 y año) como las “Smart is Green” (lo inteligente es verde) en las que se almacena la energía solar para liberarla cuando empeora el tiempo. ¡Y en la “Casa de las algas” se han ideado reactores que hacen crecer algas para producir electricidad!
Es cierto que todas estas propuestas requieren una mayor inversión inicial y que muchas de ellas son tan modernas que tienen fallos (se trata de tecnología que aún no se encuentra en el mercado). Pero, al final, la energía que se consume en estos apartamentos es 10 veces menos que en uno normal. Y eso los hace muy atractivos en lo ecológico, pero también en lo económico.
Aquí todo esto suena a extraterrestre. Y defenderlo a utópico. Pero no olvidemos que todo lo que hoy conocemos comenzó en la mente de alguien y que utopías debieron parecerles a nuestros antepasados del XIX la electricidad o la locomotora de vapor.
Y son inventos que han propiciado para todos nosotros décadas de progreso y bienestar (hace unos días, sin embargo, debatía por aquí con un tipo que pedía demoler un vestigio relacionado con dichos trenes por ser feo y no servir para nada).
Este es el camino que debería seguir España y el proyecto de país que como ciudadanos deberíamos exigir al nuevo Gobierno. Un país con ciudades más innovadoras, saludables, sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Basar la economía en sectores estacionarios como el turismo es volver a cometer los errores del pasado. Hay que innovar y adaptar los modelos productivos a los nuevos tiempos. Tenemos profesionales de sobra preparados para cumplir un gran papel en el presente y en el futuro aunque no salgan en los medios.
Como dice el slogan del programa, “si se construye de forma sostenible nuestro mundo cambia”. Lo inteligente es verde.








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